Amor a primera (entre)vista!

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Amor a primera (entre)vista!

Recuerda cuando alguien describe esa sensación de amor a la primera vista: “Cuando la vi, supe que era para mí”. Es igual con las entrevistas de trabajo: ¡sientes que es para ti! Con solo leer la descripción del cargo, ya sabes que encajas perfectamente en el perfil y además te encanta la cultura organizacional de la empresa. Y más allá de la intuición o instinto, prácticamente hay que seguir más o menos los mismos principios para lograr concretar una relación sea laboral o amorosa, ¿no es verdad? Entonces ¿cómo dejar la mejor impresión posible? ¿Y cuáles son las señales de que hay una preferencia mutua?

Si llegas a tener una primera cita o la entrevista psicológica, según el caso, ya te puedes considerar afortunado:

  • Sigue las reglas básicas del sentido común y ESCUCHA. Tienes que estar atento a cualquier detalle, asimila y sé empático.
  • Las mariposas en el estómago son buena señal, pero relájate. No es el fin del mundo. Controla tus nervios. Tu entrevistador también está nervioso, tiene la preocupación de no embarrarla y contratar a un psicópata
  • Vístete decentemente, sin llamar mucho la atención, sin dejar demasiado a la vista. La primera impresión que dejas es difícil de corregir. Si estás en una crisis de inspiración, ve cómo se visten en la empresa. Intenta de encajar desde el principio. Si te ven como ellos les vas a gustar más.
  • No simplifiques las cosas. No seas arrogante. Si quieres llegar a la siguiente etapa, no desprecies esta. Es tu oportunidad de conquistar. Lo más probable la única.
  • Contesta con respeto a las preguntas, sin hablar demasiado, sin caer en la informalidad. Imagínate que estás conversando con un abogado, no con tus amigotes en un bar. No te extiendas demasiado en las respuestas, respeta el tiempo del entrevistador. Si ves que te estás alargando puedes decir “No quiero aburrirte, si quieres pasamos a otro tema”. Si tu entrevistador te da el pase, es una buena señal.
  • Recuerda que la persona más importante en esa habitación es a quien tienes al frente, toda tu atención debe estar en puesta en ella. No vas a conquistar hablando de todos tus super poderes y demostrando el super candidato que eres, conquistas al cautivar y entender la necesidad que tu empleador tiene. Al igual que en cualquier cita, se trata de ella (él) no de ti.

“Vamos a conocer a los suegros!” o la entrevista con el Big Boss. Esto es el filtro final para ambas partes: conocer a la persona que puede autorizar o descreditar tu persona y también confirmar o no tu “feeling” de pertenecer a ese equipo de trabajo. Es como conocer a los papás de tu novia. ¡Que nervios! Aquí aplican por supuesto todos los consejos de arriba, y algunos más:

  • Trata de hablar de forma equitativa. No te alargues en historias y detalles que no interesan a nadie. Tampoco contestar de forma monosilábica es una opción. Trata de decir lo justo y necesario. Solo la información relevante.
  • Empatiza y habla desde una posición de empoderamiento del cargo a cual aspiras. Muestra que te estás proyectando en este cuento.
  • No tengas miedo de preguntar tus inquietudes. Qué se espera de la posición? Cuáles son los objetivos de la empresa? O cualquier duda que sientas. Esto demuestra que estás interesado y que también buscas un trabajo que sea un buen calce para ti.
  • ¡Ojo! No faltarán las preguntas o situaciones trampa: ¿Por qué te fuiste de tu último trabajo? ¿Cómo resolverías tal problema? O ¿dónde te ves en los próximos cinco años? Generalmente se busca resolución, eficiencia y compromiso. Así que trata de mostrar estas tres cualidades. No empieces a criticar a tus jefes anteriores o chismosear sobre tus ex.  Y más encima no te soltarán de la vista – tanto tu futuro jefe como tus futuros suegros – según el caso. Así que ten cuidado, cada gesto dice algo de ti. Tienes que mostrarte seguro y natural.

Si ya sentiste ese “click”, esa conexión desde la primera entrevista o encuentro, esta segunda etapa solo lo debería confirmar. Si no es así, por lo menos sabes que diste lo mejor de ti y que el trabajo efectivamente no era un buen calce. Lo bueno de dar un buen proceso es que uno se da cuenta que efectivamente no era para ti.

Un error común que cometemos es creer que la entrevista es para un solo lado. Es como si nos estuvieran midiendo a nosotros para ver si encajamos en el ataúd.ERROR! Tú también tienes que medirlos a ellos, tu agregas  valor y tienes que ver si ellos te agregan valor a ti. Si es así te comprometes y sacas el anillo, sino sigues buscando. Cuando vamos por la vida aceptando que nos hacen un favor por contratarnos convertimos nuestros lugares de trabajo en un espacio ingrato y nuestros jefes en monstruos. Cuando nos hacemos cargo y tomamos nosotros la decisión, es distinto. Recuerda que vas a pasar gran parte de tu tiempo en ese lugar. Y qué mejor que hacerlo en el lugar que tú quieres y te gusta?

Espero que esta comparación temática y los consejos sean útiles.  ¡Que tengan un feliz 14 de febrero y que encuentren el trabajo justo para ti, en el momento justo, si es que aún lo están buscando! Todos sabemos que está allí, en alguna parte.

By |April 22nd, 2016|Entrevistas|0 Comments

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