Dicen que “no hay atajo sin trabajo” y en el artículo anterior hemos visto una serie de acciones que te pueden llevar muy cerca del trabajo deseado en estos tiempos algo difíciles para el mercado laboral. Conseguir trabajo es una meta personal y hay que “trabajar” para alcanzarla.

¿Ahora que pasa si a pesar de toda la inversión de tiempo y esfuerzo, aún no logras concretar tu meta? ¿Quién tiene la culpa? Es tuya? No estás suficientemente calificado? Eres demasiado viejo? Demasiado joven? Pediste demasiado dinero en la entrevista? …O debe ser por la recesión económica. Debe ser por el PIB! Deben haber muchos como tu dando vuelta por allí. Como tú, pero mejor calificados. Como te van a elegir a ti?

“Busco trabajo” vs “ofrezco soluciones”

Si estás en esta etapa, de buscar trabajo, seguramente más de una vez te has hecho todas estas preguntas y suposiciones que te llevan a la angustia e incluso a la depresión. Y aquí está el error: nos enfocarnos en nuestras debilidades en vez de ver nuestras fortalezas y ventajas. El secreto está en la forma de “pedir” el trabajo, no en adornar mejor tu CV. Pero si no logras tener las herramientas para conseguir trabajo vas a llegar a pensar que no sirves para esto. Y hay que ser bien exigente con uno mismo para lograrlo.

Para facilitarles este camino, les dejo los siguiente consejos:

  1. No lo hagas solo: Cambiar es difícil y de nada sirven las quejas. Piensa en un buen orientador que te podría acompañar en este proceso. Alguien quien te diga la verdad con suficiente firmeza como para llamarte la atención. Alguien quien te de una retroalimentación objetiva sobre tu presentación, saludo de mano, tus artículos de blog, etc.
  2. Deja de pensar en ti: ¿Alguna vez has pensado que podrías conseguir todo lo que quieres si pudieras adivinar los pensamientos de los demás? Haz este ejercicio con tu futuro empleador. ¿Cómo se siente estar en su cabeza? No muy agradable, verdad? También preocupaciones y angustias: la competitividad en los negocios es feroz y los recursos humanos son complicadísimos. El reclutamiento en sí es un cacho: personas que no son capaces de hacer sus tareas, otras que sí pueden hacerlas muy bien pero son deshonestas y no tienen valores, otros que vienen con un buen discurso en la entrevista pero no hacen nada después. Lo más difícil para un empleador es tener un buen equipo. Pero además de los problemas de personal hay muchos otros: los clientes, los proveedores, los deadlines, las inversiones, la promoción, el modelo de negocio que tiene que estar siempre en pie, siempre actualizado, los competidores que aumentan y hasta los desastres naturales. Entre medio de todo esto, un buen reclutamiento debe aliviar la carga de trabajo. Un gerente o un administrador casi siempre necesita ayuda. Por esto tu mensaje será “Tienes problemas que yo puedo resolver. Déjame decirte como lo haré”
  3. Conócete a ti mismo: Debes tener muy clara la película: cuál es tu valor en el mercado laboral, para que sirves, que es lo que te apasiona. Busca un trabajo con el que te puedes comprometer completamente. Sé honesto contigo mismo.
  4. La cultura es importante: Averigua cual es el código de valores de la empresa antes de llegar a la entrevista. Son también tus valores? Si no, estás perdiendo tiempo valioso.
  5. Sé enérgico: Si bien debes ser proactivo en todo este proceso, una vez que llegas a la entrevista muestra tu entusiasmo y energía. Es una batalla que tienes que ganar.

Para resumir, la salvación viene una vez que entiendes que encontrar trabajo es un acto de “venta” en el cual todos ganan. Hay que cambiar de chip. Al buscar trabajo, no pides un favor, sino estás facilitando la vida a tu futuro jefe ofreciéndole una solución a mediano o largo plazo para su problema. Vienes para facilitarle la vida.

Podemos partir ahora contando nuestras experiencias de búsqueda de trabajo. Con los comentarios cada uno aprende, así que cuéntanos cómo ha sido tu experiencia buscando trabajo?