En Conexión Ingenieros hemos entrevistado a mucha gente, para los más diversos cargos
en también diversas empresas, y si hay algo que a esta altura podemos concluir, es que hay
ingredientes que condimentan malas entrevistas laborales. Principalmente la desubicación,
respuestas ambiguas, mentiras inconscientes y conscientes. Y lamentablemente creo que la
mayoría de ellos ni siquiera se da cuenta.

Va un modelo ficticio de mala entrevista:
– Entrevistador: Cómo estás? Sabes a qué nos dedicamos, qué hacemos?
– Entrevistado: más o menos, lo que pasa es que no tuve tiempo para revisar.

– Entrevistador: cuéntame por qué estás interesado en esta oportunidad.
– Entrevistado: no es que esté buscando realmente, en realidad en mi empresa estoy súper bien, tengo libertades que en otros lado no tendría, buen sueldo, lo paso bien…

– Entrevistador: específicamente, me puedes relatar un proyecto en el cual hayas participado y donde hubo dificultades que superar?
– Entrevistado: en realidad todos los proyectos en que he estado han funcionado súper bien, sin ningún problema.

– Entrevistador: por qué te cambiaste del trabajo anterior? Estuviste muy poco tiempo.
– Entrevistado: es que me ofrecieron una mejor condición económica.

– Entrevistador: cuántas personas tenías a cargo?
– Entrevistado: lo que pasa es que yo coordino a mucha gente que trabaja en diversas áreas,
y tengo que estar a cargo de un nuevo proyecto que es súper importante, blá blá.

– Entrevistador: cómo te ves en el futuro, a cinco años plazo, por ejemplo?
– Entrevistado: me veo bien. Con mi empresa propia andando, ojalá trabajando 100% en ella.

Me imagino que no vale la pena explicar!